¿Problemas? ¿Negativismo? ¿Falta de dinero? ¿Fracaso en negocios? Todas las personas estamos expuestas a dichas situaciones para resolver, algunos tienen una gran cantidad de ellos al mismo tiempo; otros, de forma más intensa. Sin embargo, son estas situaciones las que muchas veces necesitamos para poder crecer.

Hace unos años leía sobre las mariposas y el proceso que tienen que experimentar para salir de su capullo.

Viven un momento muy perturbador pero necesario. Si tienes la oportunidad de presenciar ese instante, es normal sentir el deseo de ayudar. Porque tu ves como lucha y como entrega todo por salir.

Si ayudas, puedes estar sentenciando la muerte de esta futura mariposa. ¿Por qué no puedes ayudar? Presta atención, porque es lo bonito de la reflexión del día de hoy. 

¿Qué está ocurriendo realmente? Tú observas lucha y una complicación. Pero ese forcejeo de la mariposa para poder salir del capullo, realmente es la forma con la que la naturaleza determinó como segregar los fluidos para formar sus alas. El forcejeo, obliga a los fluidos a recorrer sus pequeñas alas completamente y prepararlas para la siguiente tarea; volar.

Si intervienes y tratas de ayudar cortando el capullo, esa mariposa probablemente nunca pueda volar.

Ahora quiero preguntarte, sinceramente: 

¿Deseas que un tercero elimine todos tus problemas y preocupaciones, aunque esto signifique renunciar a tu propia libertad?

¿Deseas arrastrarte toda la vida en dependencia o quieres poder volar con tus talentos y capacidades?

¿Deseas experimentar una vida donde no pasa u ocurre nada y los retos dejan de existir?

¿Deseas realmente vivir?

Si quieres vivir realmente, debes tener presente que las complicaciones son las que le impregnan emoción a este camino que llamamos vida. Lo que te llenará de mayor felicidad no será las cosas que compres o el dinero que acumules, sino la cantidad de problemas que solucionaste para poder llegar hasta dicho punto.

Lo que tuviste que aprender para ser mejor.

Lo que tuviste que practicar para volverte más habilidoso, más habilidosa.

Lo que tuviste que ignorar para mantenerte enfocada.

Lo que tuviste que soportar para disfrutar del resultado final.

Tus cicatrices y no tus medallas, son las que inspirarán a los demás a ganar sus propias batallas.

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