Natalie Phillips, en colaboración con neurobiólogos de la Universidad de Stanford, ha realizado una investigación posdoctoral que sugiere que las novelas complejas pueden activar áreas claves en el cerebro.
¿Leyendo por placer, para aprender o ambas?
Hasta el momento, los libros que leo están relacionados con el crecimiento humano, psicología y temas de investigación.
La primera novela fue ″50 sombras de Grey” y actualmente estoy con ″La rebelión de Atlas″.
Este última es complicada de leer y me generó curiosidad saber si este tipo de novelas ayudan a nuestro cerebro.
Encontré que los investigadores del Center for Cognitive and Neurobiological Imaging de la Universidad de Stanford tomaron resonancias magnéticas funcionales de varios estudiantes de posgrado en Literatura, mientras leían un capítulo de Mansfiel Park, una novela de Jane Austen.
Primero, se les pidió lectura de solo entretenimiento. Luego, lectura crítica, algo parecido a un análisis literario.
¿Resultados?
Los patrones de actividad cerebral para estas dos formas de leer eran completamente diferentes.
Cuando estaban en “plan” de entretenimiento se activó el centro de placer, contrario a lo que ocurrió con la lectura crítica, donde la actividad fue encontrada en la corteza prefrontal, área responsable de las funciones ejecutivas que nos permiten prestar atención a actividades como la lectura. Y aquí, es donde se pone interesante.
La función ejecutiva nos ayuda a moderar cómo dividimos nuestra atención, usar la memoria de trabajo y dirigir el cerebro en general.
¿Qué tan importante es?
Bueno, su papel es vital a la hora de tomar las decisiones.
Aunque lo descubierto en el estudio de Stanford es preliminar, esto plantea un argumento sólido para más investigaciones sobre el impacto que tiene la lectura en la cognición. Phillips propone que la lectura crítica puede servir de entrenamiento “enseñándonos a modular la concentración”.
Estudios en la historia
Existen otras pruebas donde la lectura puede ser buena para el cerebro. En el 2007, un estudio del Center for Occupational and Environmental Neurology encontró que los lectores ávidos se beneficiaron de un aumento en la reserva cognitiva.
La reserva cognitiva es el concepto de que una actividad intelectual desafiante como la lectura o el entrenamiento cerebral, puede proteger al cerebro contra negativos efectos cognitivos más adelante en la vida.
Es hora de invertir en hábitos saludables y uno de ellos es la lectura.
Actualización:
Estaba con mis socios hablando de este artículo y Juan Pablo me compartió un punto de vista muy interesante.
Cuando tú lees por entretenimiento estás re-creando (disfrutando la creación de otra persona) razón por la que genera placer, pero cuando estás leyendo de forma crítica y analítica estás creando (implica energía y esfuerzo) lo cual requiere nuestra atención.
Con esto termino, la conclusión es simple… La lectura es un hábito saludable.