Es una pregunta muy común que me hacen. Mi respuesta es…

NADA. No tengo nada contra el empleo. Tengo problemas con las personas que no hacen lo que les apasiona.

Si tienes un empleo que te apasiona, te llena de satisfacción y realización propia, ¡FELICIDADES!

Si sabes que tu puesto ayudará a una causa mucho mayor, crecimiento de un nuevo emprendimiento, estás dispuesto a entregar tu tiempo y talento a esa causa ¡ME ENCANTA! Veo que la tienes clara.

Pero, si tienes tu empleo para sobrevivir, porque no tienes nada más que hacer o porque simplemente tienes miedo, ahí es donde tengo problemas.

Tengo problemas con los EMPLEOS sin propósito, las vidas malgastadas en tareas que no hacen sonreír a las personas.

Tengo problemas con los genios intentando sobrevivir, artistas sin posibilidades de crear.

Tengo problemas con los filósofos que dejan de hacer preguntas transcendentales y solo preguntan en sus taxis: ¿para dónde lo llevo?

Tengo problemas con los deportistas de alto rendimiento demostrando su resistencia con labores de 13 a 15 horas diarias sin la debida remuneración.

Tengo problemas con todos y aquellos caminos que “toca”, porque “¿entonces qué más hago?”

Sí, está bien, sé que lo que escribo puede ser una utopía, pero como aprendí hace poco, la utopía es como el horizonte; entre más te acercas, más se aleja.

¿Para qué sirve entonces la utopía?

Para caminar.

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2 comentarios

  1. me encanta la manera en la que escribes, sigue adelante 🙂